Estimulación Temprana

El propósito de la Estimulación Temprana no es alterar el desarrollo natural de los niños, o pretender alumnos talentosos o con altas capacidades, sino más bien se trata de una presentación de estímulos que favorezcan y fortalezcan las conexiones sinápticas desde su origen, para que sus potencialidades alcancen un grado de desarrollo óptimo en la primera infancia.

El programa de Estimulación Temprana está configurado por tres excelencias que convergen en coherencia y sentido:

  • Excelencia Social: alberga al futuro adulto cristiano al que estamos educando, y para ello empezamos con las buenas maneras, la educación y por supuesto la formación en la trascendencia y la experiencia de Dios en nuestros alumnos desde el principio.
  • Excelencia Física: como ya sabéis también conocido como Programa de Desarrollo Básico (PDB) dirigido a reforzar y multiplicar las conexiones sinápticas de los niños, a entrenar la capacidad visual que luego será tan valiosa en la lectura y escritura, a madurar el desarrollo de la lateralidad previniendo posteriores dificultades de aprendizaje.
  • Excelencia Intelectual: cultivando un deseo por aprender y un disfrute por descubrir aquello que desconozco, con iniciativa y autonomía personal.

¿Quién se cuestiona hoy en día la importancia y los beneficios del arrastre, del gateo, de la manipulación, de los bits, de un masaje infantil, de una audición o de un abrazo? Gracias a Dios nadie cuestiona actualmente la importancia y necesidad de la Estimulación Temprana.